Los alumnos de educación a punto de egresar saben más de pedagogía y están más convencidos de su vocación que la generación anterior

  • Resultados de la tercera Evaluación Nacional Diagnóstica realizada en las carreras del área. La prueba evaluó su capacidad de gestionar una clase o diseñar estrategias de aprendizaje, entre otras capacidades. Estos resultados podrían ser un indicio de que las políticas de mejora estarían dando resultados a nivel general, aunque todavía no es una tendencia.

Fuente: El Mercurio
Periodista: Margherita Cordano

15.09.2019 En diciembre de 2018, más de 16 mil estudiantes de pedagogía participaron en la tercera Evaluación Nacional Diagnóstica del país. La prueba -que es obligatoria- se rinde un año antes del egreso y evalúa 16 carreras: además de educación parvularia y básica, se incluyen educación diferencial y las distintas especialidades de educación media.

Del total de carreras evaluadas, 38% muestran alzas estadísticamente significativas en los resultados de la prueba de conocimientos pedagógicos en comparación con 2017. El resto no disminuyó, pero mantuvo un puntaje estable.

‘El gran objetivo de esta evaluación tiene que ver con retroalimentar los programas de pedagogía y poder orientar sus procesos de mejora. Por eso es una prueba que se hace al octavo semestre y no al término de la carrera, porque se subentiende que todavía hay un espacio de intervención y de poder aplicar remediales’, explica Francisca Díaz, directora del Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas (CPEIP) del Ministerio de Educación.

Entre las carreras que tuvieron un aumento destacado está Pedagogía en Educación Media con especialidad en Historia, Geografía y Ciencias Sociales. Según el informe, 67% de sus alumnos regulares logra diseñar e implementar estrategias de enseñanza adecuadas para los objetivos de aprendizaje, mientras que 87% se muestra preparado para atender la diversidad y promover la integración en el aula.

Otras carreras con alzas son Pedagogía en Artes Visuales y en Inglés. Mientras que 71% de los futuros profesores de arte evidencia estar preparado para gestionar una clase y crear un ambiente apropiado para aprender, seis de cada 10 futuros maestros de inglés se muestran preparados para promover el desarrollo personal y social de sus alumnos.

Respecto a qué explicaría el alza de puntaje de estas carreras -a las que también se suman Educación Diferencial y Educación Física-, Díaz comenta que ‘estos resultados podrían ser el indicio de que las políticas para mejorar la formación inicial están dando resultados a nivel general, aunque deben ser mirados con cautela, ya que no corresponden aún a una tendencia’.

Entre estas políticas destacan programas como la Beca Vocación de Profesor, la regulación que establece que solo las universidades pueden impartir carreras de pedagogía o la exigencia de acreditación de carreras y programas.

Reflexión colaborativa

A pesar de los avances, es necesario ser cautelosos. Así lo cree Magdalena Vergara, directora ejecutiva de Acción Educar, quien plantea que ‘tras la llegada de la gratuidad la Beca Vocación de Profesor se ha vuelto poco relevante, porque los estudiantes prefieren optar derechamente por la gratuidad, que no establece ningún requisito, por lo que sería necesario fortalecer este tipo de políticas para incentivar que los mejores estudiantes quieran ser profesores’. Por otro lado -continúa-, ‘la Ley de Desarrollo Profesional Docente también estableció la acreditación obligatoria de las pedagogías, lo que si bien es positivo porque entrega una garantía mínima de calidad, puede también terminar rigidizando y afectando los programas si se establecen requisitos muy estrictos’.

La Evaluación Nacional Diagnóstica también da cuenta de otros aspectos a los que se debe prestar atención. Los resultados muestran que todavía es necesario potenciar las habilidades de reflexión pedagógica de los profesores en formación, lo que implica ‘reconocer el contexto y adecuar la propuesta formativa a este, considerando el tiempo destinado al aprendizaje, sin transar en los objetivos educativos que deben alcanzarse’, explica Sebastián Donoso, del Instituto de Investigación y Desarrollo Educacional de la U. de Talca.

‘Una de las características de la reflexión pedagógica es cómo miramos nuestro quehacer a partir de la calidad de los aprendizajes de los estudiantes’, agrega la académica de la Facultad de Educación de la U. Diego Portales, Ruth Arce.

Para Francisca Díaz, la clave para mejorar este ámbito está en abrir espacios de reflexión colaborativa. ‘Tiene que ver con discutir, analizar, retroalimentar clases, observar. Con modelar ciertas prácticas y volver a analizarlas juntos’, dice.

Otra área a mejorar es cómo se educa a niños con necesidades educativas especiales, un tema en que los estudiantes de pedagogía declaran sentirse poco preparados.

‘Supone no solamente identificar casos, sino que poder tener prácticas diversificadas de evaluación y planificación para poder atender a este tipo de necesidades’, explica Díaz.

Enseñar en un aula diversa ‘es un gran desafío para la docencia, particularmente si la mirada sobre dichas necesidades es amplia e implica cambiar la visión del déficit por la idea de oportunidad’, concluye Arce.

Primera preferencia

Entre otras cosas que la Evaluación Nacional Diagnóstica destaca, está que siete de cada 10 futuros profesores declaran que pedagogía era la carrera que más querían estudiar. Entre los años 2017 (cuando se fijó un piso mínimo de 500 puntos PSU o pertenecer al 30% de mejor ranking como criterios de ingreso) y 2019 existió un aumento de más de un tercio de jóvenes que eligieron pedagogía como primera preferencia.

Quiénes son y qué piensan

La evaluación diagnóstica incluye un cuestionario de caracterización de los estudiantes de Pedagogía que mostró que del total de estudiantes que la rindieron, 3.317 (20%) estudian en universidades no acreditadas y 13.245 (80%) en acreditadas. Otros resultados muestran, por ejemplo, que 42% del total de estudiantes de Pedagogía en Educación Básica piensa seguir estudios de posgrado y que 69% preferiría trabajar en un establecimiento público municipal; 21% apunta a un particular subvencionado y solo uno de cada 10 a particular pagado.

Cuando se les pregunta sobre percepciones en relación con diversas áreas de su programa de formación, estos estudiantes dicen percibir poco énfasis en el área de ‘fundamentos de la educación’ (relacionado con filosofía, sociología o historia de la educación). En cambio, ‘prácticas en establecimientos educativos’ es valorada con énfasis.

Desafíos en escritura

El análisis de los resultados de la Evaluación Nacional Diagnóstica también muestra que todavía es necesario potenciar las habilidades de comunicación escrita de los profesores en formación. Saber comunicarse de forma escrita ‘implica además comprensión lectora y capacidad de síntesis, dos habilidades en las cuales los desempeños de los estudiantes chilenos en pruebas PISA y en la misma PSU son bajas’, plantea Sebastián Donoso, profesor de la U. de Talca. ‘Por lo mismo, se trata de habilidades que de no alcanzarse en los procesos formativos profesionales de educación superior, difícilmente se puedan desarrollar en forma autónoma’.

Desde el CPEIP reconocen que el problema ‘no es algo propio de la formación docente, pero que aquí tal vez se hace más patente como desafío, por ser una competencia docente clave’, dice Francisca Díaz. ‘Cuando hablamos de expresión escrita, hablamos de la capacidad de los docentes de poder poner ideas en distintos espacios: el informe de un estudiante, dirigiéndose a los apoderados, elaborar un programa, planificar o establecer metas de aprendizaje’.

En https://catalogo.cpeip.cl se puede revisar un catálogo con programas formativos para profesores, algunos de ellos enfocados en temas de escritura.