Carol Ann Tomlinson: “Seguimos enseñando como si los estudiantes de una edad determinada fueran esencialmente iguales”

Diferenciación

La docente de la Escuela de Educación de la Universidad de Virginia, EE.UU., donde también se desempeña como co-directora de los Institutos de Diversidad Académica, participó en una reciente conferencia online convocada por el CPEIP del Ministerio de Educación y la Fundación Educacional Seminarium, oportunidad en la que planteó estrategias prácticas para apoyar a cada uno/a de los estudiantes del aula.

16.04.2021 Con una trayectoria de 21 años como profesora de escuelas públicas y 12 años como administradora de programas de servicios especiales para estudiantes avanzados y con dificultades, Carol Ann Tomlinson conoce las complejidades propias de un aula y sabe lo importante que es responder a las necesidades de cada estudiante.

“La diferenciación dice que la vida está compuesta por personas muy distintas y valorar esto enriquece la educación. Al final, la diferenciación pide que maximicemos nuestra capacidad como profesores, pues los maestros podemos marcar la diferencia”, señala la docente.

Con ocasión de su participación en una reciente conferencia online, organizada por el CPEIP del Ministerio de Educación y la Fundación Educacional Seminarium, Tomlinson afirmó que la diferenciación en el aula en clave, entendiéndola como un modelo de formación donde el estudiante está en el centro de la toma de decisiones y el objetivo es maximizar sus potencialidades.

“Una de las cosas que la diferenciación nos invita a hacer a los profesores es que cuando trabajamos con un grupo grande de alumnos/as nos preocupemos de que todos/as puedan tener éxito. Nuestros estudiantes tienen la capacidad de aprender mucho más de lo que creen o de lo que nosotros creemos”, aseguró.

Obviamente eso exige esfuerzo, sobre todo al principio –explicó-, pues requiere conocer mejor a los estudiantes, sus habilidades, sus sueños y las dificultades que viven en el día a día. “La instrucción diferenciada significa que intentamos hacer nuestro mejor esfuerzo para identificar a los individuos en nuestra clase, en vez de considerar a la clase como un todo. Muchos de nosotros tenemos estudiantes que en cierto modo luchan por el aprendizaje, que vienen con problemas por falta de ingresos familiares, porque no cuentan con alguien que los apoye en su casa o porque tienen dificultades emocionales o traumas. Aun así, a pesar de todas estas diferencias que vemos y que impactan en la calidad del aprendizaje, tendemos a enseñarles a todos como si fueran similares cuando no lo son. Y lo que sabemos desde la psicología, desde la investigación cerebral, es que las clases no aprenden, son los individuos los que aprenden, así que nuestro desafío es poder enseñarles cada vez más de forma individual”, sostuvo la docente.

Algunas estrategias prácticas útiles para iniciar este camino:

  1. Pedir a los alumnos/as que contesten una encuesta simple, con preguntas como las siguientes:

Algo positivo que dice la gente de mí es: ______
Cuando me siento bien en la escuela probablemente sea porque ______
Un sueño que tengo para mí es ______
Una cosa en la que me gusta pasar el tiempo: ______
Algo que captura mi imaginación: ______
Lo mejor de mi familia es: ______
Mi fortaleza como aprendiz es: ______
Lo que puedo aportar al aula es: ______
Una cosa que desearía que la gente supiera sobre mí: ______Estoy orgulloso de: ______

Este tipo de cuestionario tiene la ventaja de que puede ser utilizado y modificado por cualquier docente.

2. Crear comunidades de respeto y colaboración. Y en ese contexto, formar equipos de alumnos/as que fomenten el aprendizaje entre ellos.

Esto implica enseñar a los estudiantes cómo deben explicar un contenido a otro compañero/a, aquello que no entendió bien. “No se trata de llegar y decirle la respuesta correcta, sino de darle pistas para que realmente piense y aprenda”, señala Tomlinson. Un ejemplo muy ilustrativo es el siguiente:

“Hoy, Emma, una estudiante de inglés, tiene problemas para entender una palabra de un texto y se siente frustrada. Su compañera de equipo, Lily, se da cuenta de que Emma está empantanada e intenta ayudarla. Sin embargo, Lily sabe que no debe darle la respuesta a Emma, ya que eso no la ayudaría a aprender. Entonces Lily le hace una secuencia de preguntas de sondeo a Emma, esperando en silencio su respuesta después de cada una. Otros miembros del equipo también agregan comentarios útiles, incluido un recordatorio para dar pistas de contexto que podrían ayudarla a entender la palabra. La Sra. Bellamy (la profesora) observa el intercambio desde la distancia, complacida de ver que la lucha productiva de Emma al final profundiza su aprendizaje, ya que no solo descubre el significado de la palabra en su texto, sino que también se da cuenta de que ha tenido éxito en un desafío que parecía inalcanzable hace un par de minutos atrás”.

3. Evaluar para enseñar mejor, lo que demanda no solo hacer evaluaciones formativas, sino también aprovechar esas instancias para dialogar con los estudiantes.

“Veamos qué hiciste bien”, “¿cómo supiste hacer esto?”, “¿cuál es el próximo paso?”, “¿haces preguntas cuando no entiendes algo y estás frustrado?”, “¿cómo crees que podrías salir de una situación en que estás atascado si te sientes frustrado?”  Estas son algunas de las preguntas que se pueden formular a los alumnos/as luego de una evaluación, pues tal como explicó Tomlinson, la mayoría de los niños y niñas no llega al colegio sabiendo esas respuestas y por eso es esencial abordar estos temas con ellos.

“Si una evaluación está bien diseñada para que los estudiantes se vuelvan mejores aprendices y desarrollen su autonomía, entonces van a tener mucho más éxito”, agregó.

Los “equipos de corrección de pruebas” son una excelente estrategia en esta línea. Consiste básicamente en formar grupos reducidos de alumnos –cada uno de ellos compuesto por al menos cuatro estudiantes, donde uno de ellos haya mostrado dominio en la rendición de la prueba-, para que revisen sus pruebas en base a una rúbrica, discutan en conjunto los problemas que se plantearon y finalmente descifren qué hicieron mal y qué les faltó hacer para dar con la respuesta correcta.

En el caso descrito por la experta en esta charla, lo importante es que una vez que los alumnos terminaron de discutir acerca de los contenidos y su correcta resolución, “corrigieron sus propias pruebas, las entregaron y su profesora les dio algunas ideas de lo que creía que tenían que hacer para mejorar. Fue una experiencia positiva en muchas formas, así que le pidieron a ella que siguiera usando esta metodología. Y ahora, la aplica después de cada prueba importante que le hace a un curso”.

Cabe señalar que, durante su carrera, Carol Ann Tomlinson se ha especializado en currículo e instrucción para estudiantes con dificultades y estudiantes avanzados, instrucción efectiva en entornos heterogéneos, fomento de la creatividad y pensamiento crítico en el aula. Además, es autora de más de 200 artículos, capítulos y libros que se han traducido a 12 idiomas. Entre los más destacados se encuentran “Cómo diferenciar la instrucción en aulas con habilidades mixtas”; “El aula diferenciada: respondiendo a las necesidades de todos los alumnos”; y “Cumplir la promesa del aula diferenciada: estrategias y herramientas para una enseñanza receptiva”.

Le invitamos a ver la conferencia completa de Carol Ann Tomlinson en el siguiente video: www.cpeip.cl/conferencias/carol-tomlinson-espanol/

Por equipo Revista de Educación- CPEIP